El producto fue agregado correctamente
Blog > No Ficción > "Escribo y escribo y no llego a ver el fin de mi escritura"
No Ficción

"Escribo y escribo y no llego a ver el fin de mi escritura"

Antón Chéjov y la novela que nunca publicó

"¡Estoy escribiendo una novela!", escribe Antón Chéjov al periodista Alexéi S. Suvorin en 1889. Tomada de Sobre literatura y vida (Páginas de espuma), con edición de Jesús García Gabaldón, una carta memorable.

A Alexéi S. Suvorin

Moscú, 11 de marzo de 1889

   

¡Estoy escribiendo una novela! Escribo y escribo y no llego a ver el fin de mi escritura. Comencé la novela haciendo muchas correcciones y acortando mucho lo que escribía. Hice ya un esbozo nítido de nueve fisionomías. ¡Qué intriga! La he titulado así: Relatos de la vida de mis amigos[1]. La escribo en forma de cuentos acabados e independientes, íntimamente unidos entre sí por la intriga, la idea y los personajes, comunes a todos ellos. Cada cuento lleva su propio título. No piense que la novela estará compuesta de fragmentos. No, será una verdadera novela, un cuerpo único, donde cada personaje será orgánicamente indispensable. Grigoróvich, a quien usted le ha pasado el primer capítulo, se ha asustado porque yo he puesto a un estudiante que morirá y, de esa manera, no aparecerá a lo largo de toda la novela, esto es, será superfluo. Pero, para mí, ese estudiante es el clavo de una gran bota. Es un detalle.

A duras penas voy mejorando la técnica. Aún soy débil en ese aspecto y siento que cometo multitud de errores burdos. Habrá pasajes largos, habrá tonterías. Intentaré evitar a las mujeres adúlteras, los suicidas, los kulaks, los mujiks virtuosos, los esclavos leales, las viejas juiciosas, las niñeras buenas, los provincianos graciosos, los capitanes de nariz colorada y la gente «nueva», aunque en algunos pasajes caiga de manera flagrante en los tópicos.

Acabo de recibir «La princesa» y mañana la enviaré directamente a la tipografía.

Como aperitivo, un anuncio de La Gaceta rusa:

Se precisa una persona de mediana edad para una familia que vive cerca de Moscú, para ayudar en las tareas domésticas y educativas. Esta persona debe conocer las doctrinas filosóficas y pedagógicas de los siguientes escritores: Pokrovski, Goltsev, Sikorski y Lev Tolstói. Debe compenetrarse con las ideas de esos escritores y comprender la importancia del trabajo físico y del daño producido por el excesivo trabajo intelectual. Debe dirigir su actividad educativa hacia el desarrollo en los niños de una rigurosa verdad, del bien y el amor al prójimo. Se ruega se dirija por carta al N.º 2183 de la oficina de información y representación V. Müller, Moscú, Petrovka, casa Kabanov.

A eso se llama libertad de conciencia. A cambio de la comida y del alojamiento, la señorita tiene la obligación de estar compenetrada con las doctrinas filosóficas de Goltsev y cía. Los niños deben estar agradecidos a sus inteligentes y liberales padres, y están obligados desde la mañana hasta la noche y deberán tener cuidado de no fatigar en exceso sus mentes y amar al prójimo.

Es extraño que la gente tenga miedo a la libertad.

Por cierto, hace poco en Tiempo Nuevo en la sección de periódicos y revistas se citaba a un periódico que elogiaba a las sirvientas alemanas porque trabajaban todo el día, como presos forzados, y recibían por ello solo dos o tres rublos al mes. Tiempo Nuevo se sumaba a estos elogios y añadía que por desgracia mantenemos muchos sirvientes inútiles. En mi opinión, los alemanes son unos bellacos y malos economistas y políticos. En primer lugar, no se puede hablar de una sirvienta en ese tono, como si fuera una presa. En segundo, la sirvienta es una persona jurídicamente capaz y está hecha de la misma carne que Bismarck: no es una esclava, sino una trabajadora libre; en tercero, cuanto mejor esté pagado el trabajo, mejor se vivirá. No hablo desde un punto de vista cristiano. En cuanto a los sirvientes inútiles, se mantienen solo allí donde hay mucho dinero y se gana más que los jefes de sección.

¿Por qué no viene a Moscú? ¡Qué bien lo pasaríamos!

Suyo,

 

A. Chéjov

[1]. Chéjov nunca publicó esta novela.

Artículos relacionados

Martes 29 de marzo de 2016
La partícula de dios
La principal fortaleza de Siete breves lecciones de física, de Carlo Rovelli (Anagrama) es la simpleza con la que explica las teorías científicas más fundamentales del siglo XX.
Divulgación científica
Viernes 01 de abril de 2016
La maldita casa
Conmemorando un nuevo aniversario de la guerra de Malvinas, publicamos un capítulo de Fantasmas de Malvinas, de Federico Lorenz (Eterna Cadencia Editora, 2007), en el que, a partir del recuerdo de una casa abandonada durante el conflicto, se muestra las dificultades y penurias que los soldados argentinos debieron soportar.
A 34 años de la guerra
Martes 12 de abril de 2016
Elvis vive en Buenos Aires

En Paul está muerto y otras leyendas urbanas (Errata Naturae), los hermanos Héctor y David Sánchez se proponen desarmar 33 mitos del rock, pero ¿es necesario?

Mythbusters del rock
Miércoles 20 de abril de 2016
Las manos en el barro

Las manos de los maestros (El hilo de Ariadna) reúne 13 ensayos literarios del sudafricano John M. Coetzee: Eliot, Faulkner, Philip Roth, Doris Lessing y más. El escritor, que ganó el premio Nobel de Literatura en 2003, presenta el libro hoy en Malba.

Los ensayos literarios de J.M. Coetzee

Martes 26 de abril de 2016
Correspondencia en llamas

"Nora querida, deseo leerte una y otra vez lo que he escrito para ti. Parte de ello es feo, obsceno y bestial; parte es puro, sagrado, y espiritual: todo eso soy yo mismo".

Las cartas de Joyce a Nora Barnacle

Martes 10 de mayo de 2016
No hay tiempo sin espacio

¿Cómo hacen juego las maneras en que los escritores se acercan a decir lo que quieren decir, y la cantidad de páginas que tardan en hacerlo? "La pregunta por el estilo es también, en cierto modo, una pregunta por la extensión de una escritura", advierte el autor de El modelo aéreo.

Estilo y extensión
×
Aceptar
×
Seguir comprando
Finalizar compra
0 item(s) agregado tu carrito
MUTMA
Continuar
CHECKOUT
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar