El producto fue agregado correctamente
Blog > > I Acevedo: "Entré a Walsh por el camino feminista y político"

I Acevedo: "Entré a Walsh por el camino feminista y político"

Lecturas y talleres

"La calidad de su escritura se mantiene en una variedad de géneros muy diversa", explica I Acevedo, quien escribió libros como Una idea genial o Jajaja. En marzo coordinará para Filba un taller sobre el autor de Operación Masacre pero ingresando desde otro portal: sus cuentos.

Mientras se prepara para coordinar el taller de lectura 
Las búsquedas de Walsh cuentista. Entre el pueblo, el pop y la conciencia de clase, I Acevedo aceptó respondernos algunas preguntas al respecto por correo electrónico. Suyos son los libros de cuentos Trilogía canina (los-proyectos, 2015), Jajaja (Mansalva, 2017) y Late un corazón (Rosa Iceberg, 2019), así como las novelas Una idea genial (Mansalva, 2010) y Quedate conmigo (Editorial Marciana, 2017) y el ensayo Horas robadas al sueño (Eloísa Cartonera, 2018). Trabaja como editor y profesor de español y literatura, y el universo de Rodolfo Walsh le importa por varios motivos. 

A continuación, el intercambio: 

 

 

¿Cómo llegaste a Walsh? ¿Fue por Operación Masacre?  

Seguramente no hay lectorx de Walsh que no haya empezado por Operación Masacre. Y por qué ese libro es el que lo llevó a la inmortalidad es algo también para pensar. Según Daniel Link, por ejemplo, Operación Masacre es su mejor libro. Según Verbitsky, Perón afirmó, al encargarle a Walsh que produjera el semanario de la CGT: “Todos los peronistas estamos en deuda con el autor de Operación Masacre”. Lo dijo mientras Walsh estaba a su lado, y no dijo: estamos en deuda con vos por haber escrito ese libro sino que lo llamó, en tercera persona, “el autor de Operación Masacre”. Si lo dijo Perón, es palabra santa… Sebastián Hernaiz, otro crítico que analiza Operación Masacre desde el punto de vista de la recepción, analiza cómo en cada reedición, desde 1957 hasta la restitución de la democracia, en 1984, y más allá, hasta 2006 ese libro se fue resignificando a través de los paratextos que se le sumaban, y siempre estuvo sostenido fuertemente por un contexto político al que le daba una respuesta. Hernaiz nota que Carta abierta de un escritor a la Junta Militar originalmente no se denominaba así sino que se titulaba Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. Esta modificación se realiza en la última edición de De La Flor en 2006, dejándonos la idea de que Walsh es el escritor modelo de compromiso y denuncia. Lo cual quiere decir que hasta un momento tan cerca como el año 2006 la figura heroica de Walsh se sigue reforzando. 

¿Cómo atravesaste el camino hasta sus cuentos y con qué grado de sorpresa? 

Yo, como tantas otras personas, leí Operación Masacre porque era un clásico, un libro que debía leer. Y como había oído decir que Operación Masacre era el equivalente a A sangre fría, (que es, dicho sea de paso, otra de las razones por las cuales este libro tiene tanto valor, por haber sido el primero de “non fiction novel”, en el mundo, o sea, un invento de Walsh), al momento de leerlo, el formato mixto de reportaje novelado, pero con tanto de reportaje me expulsó, porque no estaba acostumbrado a leer una novela con tan poco de ficción, y además en ese momento no conocía la relación contextual con los crímenes de lesa humanidad de la Revolución Libertadora a los que hacía referencia. Así que pasaron muchos años hasta que me volví a encontrar con Walsh. Fue la lectura de Oración. Carta a Vicki y otras elegías políticas, de María Moreno, la que abrió la puerta y provocó todo el descubrimiento. Me pareció entender en ese momento, que Black out y Oración debían leerse, en tándem, como un homenaje a Walsh. Como si fuera una misma obra por separado, pero la mitad ficción, la mitad, crónica. Entendí también que María Moreno, junto a tantas otras autoras (como Walsh) le hacía un homenaje porque encarnaba ese tipo de práctica, que entiende a la escritura como una acción que no solo es “literaria”. Recuerdo que al leer Oración de María Moreno, por ejemplo, me acuerdo que encontré la famosa frase “El verdadero cementerio es la memoria”, y me impactó. La cité en un cuento mío tomándola de memoria, de Oración, pero no tenía idea de dónde venía la cita original, solo que era algo que Walsh había escrito. En resumen, entré a Walsh por el camino feminista y político, porque Oración es un trabajo realmente único por la manera en que conecta al feminsmo con una vía de acción política y artística en nuestro país, que no se puede dimensionar bien sin atender a esa tarea que se tomó María Moreno. 

¿Por qué te propusiste el camino inverso al que suele hacer cualquiera que lo lea para este taller?

Yo había oído decir (lo dijo Piglia, pero también es un lugar común entre gente que lo ha leído) que Walsh era un gran escritor, que no solo había escrito sus famosos reportajes sino que había escrito cuentos muy buenos. En un momento pasé por la tienda de Av. Corrientes de Eloísa Cartonera (antes de que el gobierno de Cambiemos la barriera al convertir en peatonal la Av. Corrientes), y compré el cuento “Esa mujer”, con una bonita tapa que viene con su rostro pintado de él en témpera roja. Como todo lo clásico, uno lo tiene en mente y lo conoce aunque no lo leyó. Nadie leyó Romeo y Julieta pero todxs sabemos de qué se trata, entonces ¿para qué leerlo? Por eso, cuando leí “Esa mujer” me impactó muchísimo. La simpleza con que logra transmitir imágenes muy potentes y cinematográficas me llamó mucho la atención. Al día de hoy yo puedo sentir que yo estuve en ese cuarto, que escuché esa conversación y entendí lo que estaba ocurriendo allí. Eso es lo que humildemente uno tiene que decir, más allá de que después podamos analizar la técnica y la manera en que lo logra. Y conseguir algo así es algo muy poco común. Así fue que tomé la decisión de leer su obra completa, y empecé a comprar sus libros, leyéndolos desordenadamente, con una mirada muy atenta a los mínimos detalles de su escritura. Encontrarme con Los oficios terrestres, Un kilo de oro y Cuentos para tahúres fue una sorpresa muy grande, porque la calidad de su escritura se mantiene en una variedad de géneros muy diversa. Escribió policiales, algunos cuentos de corte más realista pero también algunos que bordeaban el fantástico rioplatense, y todos eran muy buenos. Y como el género cuento es el que a mí me convoca, me propuse mostrar ese recorrido que es un poco su “lado b”. En ese momento, a finales de diciembre del año pasado además, escribí un cuento muy lindo titulado “Cuento de Navidad”, que narra esas lecturas.

Comentás que Walsh escribe "dos cuentos clásicos que están considerados entre los mejores relatos del siglo XX: “Esa mujer” y “Nota al pie”". ¿Por qué pensarlos como clásicos y dónde entendés que reside su maestría?

Un clásico es algo que todes conocemos aunque no lo hayamos leído. Obviamente puede haber gente que no sepa que Walsh escribió “Esa mujer”; pero si alguna persona sabe que ese cuento existe, sabe, aunque no lo haya leído, que habla del cuerpo de Eva Perón. Es un conocimiento común, y esto quiere decir que aunque yo no lo posea, es mío porque otro lo posee. Un ejemplo: un día, yo le daba una clase a un chico que necesitaba aprobar Literatura de quinto año de secundario. La situación era desesperante, porque si no aprobaba, perdería su primer año de facultad. Y él iba a estudiar ingeniería. O sea que de literatura, nada. Como el examen sería oral y escrito, decido hacerlo hablar todo lo posible. En el programa está el Martín Fierro, así que para animarlo a perder su timidez, le pregunto: ¿A ver, de qué se trata el Martín Fierro? Decime lo primero que te acuerdes. Él me responde: “Martín Fierro es un gaucho que va de pulpería en pulpería”. Yo me morí de risa por semejante resumen, porque eso no es el Martín Fierro. ¡Hay solo una pulpería!  Sin embargo el chico había captado por ósmosis una estructura que comparten Juan Moreira, Martín Fierro, que es el hecho de que una injusticia provoca que estos personajes tengan que escapar de la ley y deban moverse, como dijo el chico, “de pulpería en pulpería”. Así que finalmente la respuesta del chico estaba bien, aunque no había leído un solo verso del poema.

En “Esa mujer”, Walsh nos señala que, a medida que se hace de noche, la cara del general que sabe dónde está escondido el cuerpo de Evita se tiñe de rojo, iluminada por un cartel publicitario que reza: “Tome Coca Cola”. En esta bella imagen Walsh reconcilia una serie de sentidos, porque nos habla del imperialismo yanqui y la relación que había entre la lucha en contra del imperialismo yanqui y el peronismo en los años setenta. También es una imagen intensamente urbana en un país en que los focos guerrilleros en las zonas de provincia fracasaban.

El contenido de “Nota al pie”, como no está en juego esta intensidad peronista, tal vez no es tan famoso, sin embargo está considerado otro clásico. Viñas declara que ese cuento es mejor que lo que Borges escribió, y no lo hace por provocar. 

En "Nota al pie" vemos una exploración del espacio papel impreso muy interesante, que incluso en nuestros días pasaría por muy novedosa -para quienes no lo hayan leído, claro-. ¿En qué terrenos dirías que Walsh se contó entre los primeros "exploradores" locales? 

“Nota al pie” es apasionante. El cuento en realidad está fuertemente anclado a Arlt y a Borges. A mi entender, es una escritura inspirada en “El jorobadito”, de Arlt, con el tema de una persona que se niega a pertenece a una clase media miserable que es la pequeña burguesía, pero que a su vez no pertenece a ninguna clase, es como un exiliado de una clase más baja y esa falta de categorización y anclaje lo lleva a provocar un acto de violencia. Pero Walsh, un refinado estilista, no elegiría narrar esto desde el realismo sino que le da una vuelta de tuerca textual, y en el cuerpo del cuento que narra la vida de este personaje inserta la carta que él deja al morir. Al insertar la carta, como texto ajeno al cuento, como documento, enrarece la ficción, enrarece el cuento, la parte del cuerpo principal se acerca entonces tener el mismo estatuto de documento que tiene la carta que está al pie. La prueba está en que, efectivamente, a medida que pasamos las páginas, la carta que está al pie comienza a crecer, mientras que el cuento disminuye. Este cuento es genial porque, al igual que ocurre en las obras de grandes artistas, las mejores de sus obras parecen referir a su obra completa. En efecto, en la práctica de Walsh, la literatura fue disminuyendo, a medida que su práctica se entregaba a otros género central como lo fue la crónica, el documento, ¿no? Su capacidad de producir documentos. Dicho sea de paso, esto no es nada nuevo: Walsh, Arlt, Hebe Uhart, María Moreno, pensemos en la cantidad de cronistas destacados que hemos tenido en el territorio, sin contar los cronistas de indias. La literatura en nuestro territorio nunca fue pura ficción, siempre tuvimos grandes autores con estos recorridos y cruces entre géneros de gran riqueza. Ahora, volvamos a lo específico de “Nota al pie”. Es excepcional en el sentido de que condensa lo que el formalismo ruso llamó literaturidad, es decir, en breves palabras, la sensación que tenemos de que la literatura nos presenta un lenguaje que es fuera de lo común. En el Río de la Plata tuvimos a Borges, Cortázar, Felisberto Hernández, autores cuyos cuentos, al leerlos, nos invade una sensación de vértigo y enrarecimiento, porque no sabemos si lo que ocurre es del todo real. La novedad que trae Borges a la literatura es que plantea que se pueden escribir cuentos usando un material que no parezca inventado por el autor sino que parezcan otros textos que aparentan ser auténticos, como una página de una enciclopedia, un pedazo de una novela, etcétera, sin que nunca podamos saber si eso es de verdad otro texto o si él lo inventó. Pensemos lo que hace Puig: toma grabaciones de personas y las transcribe... Walsh toma esa idea de Borges, pero en su cuento desnuda más perfectamente el procedimiento con este recorrido físico en el papel, porque vemos cómo la carta, ese documento, crece. ¿Y quién lo hace crecer así? Obviamente el autor, pero además en realidad no es autor sino que él está diseñando así; esto quiere decir que llega a referir a una material muy exterior, que es la de la página. Nos hace comprender que él está interviniendo sobre el papel mismo. En este tipo de gestos vanguardistas la cercanía del autor con el lector es muy grande. Yo puedo tocar esa página de papel y saber que Walsh la creó de esa manera. Algo también muy cercano a la poesía. Este desocultamiento de la técnica, pero no solo de la del autor sino de la del diseñador, de la técnica más material, digamos, porque Walsh fue corrector de imprenta, no solo es un gesto poético, sino que nos habla de un gesto materialista y crítico, nos expone la materialidad más cruda de cómo se hace un libro, el trabajo que implica no solo escribirlo sino fabricarlo. Por eso Viñas dice que es mejor que Borges, porque logra exceder lo que hizo el maestro, y tiene razón.

"El pueblo, el pop y la conciencia de clase", ¿por qué pensar a Walsh desde el pop, por ejemplo, que es de los tres el punto quizás más inesperado?

No tenemos que olvidar que Walsh fue contemporáneo de Puig, y que estaban viviendo este shock que era la cultura de masas.Walsh nació en el treinta, y en pocas décadas ya la industria cultural es otra cosa. Imaginate que Walsh venía del campo, y su primer trabajo fue en esa editorial de policiales que venían miles de ejemplares por semana. Uno para imaginar la ciudad de Buenos Aires en ese momento debería pensar que había varios kioscos de revistas por la mañana y por la tarde que rebalsaba de libros y fascículos y comics, y editoriales enormes, y se vendían decenas de miles de libros. Y estaba el cine. Entonces cuando leés los primeros cuentos de Walsh (incluso en “Esa mujer” aparece la leyenda Beba Coca Cola, clara referencia a una marca, mucho antes de que Fogwill lo hiciera), vas a encontrar una serie de situaciones e imágenes y una estética cinematográfica que es muy interesante de analizar. 

Cuando digo “el pueblo” me refiero no solo al pueblo como la clase obrera sino también al pueblo simplemente como lugar, el pueblo rural, digamos, porque Walsh tiene una serie de relatos que ocurren en pueblos y que tienen un corte faulkneriano, en un momento en que el boom también estaba requiriendo una literatura latinoamericana “rural”, algo que estaba de moda. Aunque no digo que Walsh lo hiciera a propósito, sino que evidentemente era algo que estaba ocurriendo en la literatura. De nuevo, pensemos 1967, el año en que se publica Cien años de soledad, el año en que Puig escribió Boquitas pintadas, ese año Walsh publica Un kilo de oro, su segundo libro de cuentos. 

¿Creés que el efecto de la escritura de un libro como Operación Masacre amenazó, de alguna manera, la valoración estrictamente literaria de sus obras -si es que podemos pensar en una valoración "estrictamente literaria"-?  

En realidad esto que decís se relaciona con Operación Masacre pero no con ese libro en particular sino con el género novela, y es que, en su momento, como Walsh impactó en la escena literaria primero con sus cuentos y luego con Operación Masacre, se le comenzó a pedir que escribiera una novela (en consonancia con el boom, y el hecho de que había que ser novelista, algo que, por supuesto, hoy en día sigue ocurriendo, pero diría que en menor medida). Y entonces hasta el día de hoy se sigue analizando o pensando un poco qué novela estaba planificando Walsh. Cuando Piglia da su clase sobre las tres vanguardias el eje es el problema de la novela, incluye a Puig y Saer, y también a Walsh, pero no analiza Operación Masacre sino que nos habla de “Cartas” y “Fotos”, que so dos relatos. Toda una operación de Piglia allí donde lo “gana” a Walsh a temáticas propias de la “novela”. Pero eso es todo un tema aparte para charlar. Lo que quiero decir es que la gente deseaba y aún desea, creo, una novela de Walsh, algo como Operación Masacre, pero más ficción. De hecho hay un crítico llamado Juan Pablo Luppi que analiza muy bien todo esto. Supongo que también ocurre porque su obra (y su cuerpo) fue saqueada, robada por los militares, y queda la sensación espantosa de que nos falta algo. Pero se sabe por lo que él escribió en sus papeles personales que él no quería escribir una novela. No le gustaba porque lo consideraba burgués. Pero a mi modo de ver, la novela tampoco le cabía porque era un narrador breve. Cada uno tiene una medida. 

No creo que una parte sola sea más o menos válida. La verdad es que todo lo que leas de Walsh lo vas a disfrutar. Para él la escritura era una práctica, un oficio. Sucedió que la política irrumpió en su vida, y a sus cuentos él les puso un nivel de agudeza muy grande, pero el corazón y el cuerpo se lo puso a la obra de no ficción, y por esta importante razón trascendió más esa parte de su obra. Pero es un autor total, esto no lo digo yo, lo dice José Pablo Feinman. Eso quiere decir que la escritura era una práctica que trascendía su vida. Un maniático, como diría Viñas. Y fue bueno en todos los géneros.

 

I Acevedo, quien coordinará el taller en Filba en marzo

 

Junto a Paula Peyseré ya habías dado, por ejemplo, un taller de lectura de Juana Manso... ¿cómo pensás estos encuentros de lecturas y qué búsquedas proponés? ¿Cómo repercuten estas estancias en obras ajenas en tu propia escritura?

Es cierto, son estancias que uno las disfruta mucho. Ahora que lo decís, creo que elegimos con Pau, como elijo ahora a Walsh, investigar personas de gran carácter, con una intervención potente en su tiempo. Juana tenía la misma agudeza y empecinamiento de Sarmiento, digo, por comparar un contemporáneo al que le decían “loco” por lo empecinado que era. Walsh es un seductor nato, a su agudeza le sumamos lo que Viñas denomina erotismo, y es tal cual, una seducción y una ternura y humanidad que nos atraviesan por completo. Hay que leer lo que escribía Juana, una de sus crónicas por ejemplo pide que escuchemos a una pobre mujer que pide monedas en Retiro. Nos pregunta "¿Escuchan la voz de esas mujer?", y después viene Susana Thénon y nos vuelve a hacer la misma pregunta. Entonces en Susana Thénon está Juana. Y su voz nos llega como si estuviera al lado nuestro, ahora mismo. Cuando leímos a Juana Manso teníamos pensado investigar a otras autoras, pero la verdad es que nos detuvimos en Juana porque nos absorbió. En lo personal yo me siento muy identificado con esta práctica, mi primera novela se llama Una idea genial, y plantea lo mismo: una idea, que la mesa, el papel y la birome son herramientas que transforman la vida. Al escribir uno lo hace porque quiere cambiar su vida, pero al hacerlo descubrís que la vida de las demás personas también cambia, y eso es un camino de ida. Uno se aferra a eso porque es muchísimo. Por eso son autorxs de los cuales la crítica no logra desprenderse tampoco. Siguen suscitando que queramos analizarlos, y eso se puede leer también en esos textos de la crítica: Walsh provoca en el estilo de lxs críticos un quiebre muy grande. Nadie sale ilesx después de leer a Walsh, porque es una escritura que es materia viva.

 

 

 

 

 

Artículos relacionados

Martes 29 de marzo de 2016
Cómo se llama tu libro
Se entregó el premio al libro con el título más raro del año.
Mundo bizarro
Miércoles 06 de abril de 2016
"Escribo para acomodarme la cabeza"

Eduardo Sacheri ganó el Premio Alfaguara 2016 con la novela La noche de la usina. “Me encanta que la literatura esté llena de mensajes, pero no quiero me los ponga el autor”, dice.

Se entregó el Premio Alfaguara
Lunes 18 de abril de 2016
Buenos Aires, ciudad escuela de escritores
Maestría en Escritura Creativa en la UNTREF, Licenciatura en Artes de la Escritura en UNA, cursos en instituciones, talleres privados y centros culturales: Buenos Aires se potencia como capital de formación de escritores en español y recibe avalanchas de postulantes.
Crece la oferta de formación
Viernes 22 de abril de 2016
Para no perderse en la feria
Un gps para encontrar algunos de los stands más interesantes de la 42° Feria del Libro.
Feria del libro de Buenos Aires
Viernes 22 de abril de 2016
Shakespeare not dead
Carlos Gamerro dio ayer una clase magistral gratuita en el Centro Cultural San Martín donde, a partir de escenas de Hamlet y Enrique IV, explicó el porqué de la vigencia de Shakespeare en la cultura occidental.
A 400 años de su muerte
Lunes 25 de abril de 2016
Para no perderse en la feria
Algunas de las actividades más destacadas de la segunda semana de la 42° Feria del Libro de Buenos Aires.
Feria del libro de Buenos Aires
×
Aceptar
×
Seguir comprando
Finalizar compra
0 item(s) agregado tu carrito
MUTMA
Continuar
CHECKOUT
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar