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Poesía

Pájaro de trueno: selección de poemas de Dorothea Lasky

Poesía estadounidense contemporánea

"Ser el nombre absoluto, pero no tener la carga de ser / Ser el nombre dicho, pero no escuchado / No respirar más, ser la cosa / Ser la cosa siendo respirada". Tres poemas de la autora estadounidense tomados de las versiones que Valeria Meiller preparó para Triana Editorial.

Poemas de Dorothea Lasky. Traducción de Valeria Meiller.

 

 

Dorothea Lasky nació en St. Louis, Missouri, Estados Unidos. Actualmente vive en Brooklyn, Nueva York.

Es autora de los libros AWE, Black Life, Rome y Pájaro del Trueno, traducido al español por Valeria Meiller para editorial Triana, de cuya edición tomamos estos poemas.

 

 

 

Perro

para Lucy

 

Cuando mi padre no era más que un cadáver

El hombre vino y lo puso en una bolsa mortuoria

Había otro hombre senil

Con el que compartía la habitación

El hombre reconoció la bolsa negra y se asustó

Yo lo sostuve mientras se llevaban a mi padre

 

Ahora me siento en la vereda con mi perra

Le digo que nada es permanente

Así que tenemos que sentarnos acá y disfrutar el aire fresco

Que huele a otros mamíferos

Ella olfatea y me mira

Yo la rodeo con el brazo y empiezo a llorar

 

Una vecina aparece con su hijo

Que se esconde detrás de la esquina

Le tiene miedo a los perros

Llevo a mi perra adentro

Subimos la escalera saltando

Somos sólo dos cosas en el aire

 

 

 

 

Choque de avión del Pájaro del Trueno

 

Pájaro, ¿por qué descendés de esa forma?

Descansando

¿Estás descansando?

En la extraña forma

En que el metal sobre la piel

Arde

Fuiste construido para arder

Y también

Navegar a través del tiempo y el espacio

Aplastaste

Tiempo y espacio

El gran mundo

¿Por qué, oh, por qué te dejamos?

Quiero estar en vos todos los días

Quiero dormir en la panza de un pájaro de metal plateado

Todos los días

Podés oponerte al cielo

El trueno se estrella contra vos, podés oponerte al trueno

Los vientos

Los vientos viajan en vos, podés oponerte a los vientos

Me tirás del pelo

Me subís y me bajás

Me hacés chillar

Soy un pájaro pequeño en tu panza

Y por propia voluntad te dejo comerme, monstruo volador

Y por propia voluntad me someto a tus cielos

Que circulan siempre en sombras, justo detrás mío

 

 

 

Ser la cosa

 

Ser el nombre absoluto, pero no tener la carga de ser

Ser el nombre dicho, pero no escuchado

No respirar más, ser la cosa

Ser la cosa siendo respirada

No estar por morir, ya estar muerto

No tener que decepcionar

No tener la carga de llegar tarde

O puntual

No comer, no tener que comer

No sentir nada

No ser aquel cuyo sentir es criticado

No levantar las cajas que se caen

Estar en todas partes salvo en las cajas y los platos

No romper los platos

Estar más allá de romper

Estar roto

No soportar la carga de no estar presente

No tener que sentir el dolor de ser lastimando

Haber trascendido el dolor

De modo que el dolor sea sólo parte de la imaginación

Y la imaginación esté en todas partes, sea cada color

No tener color, ser el color

No producir sonido, ser el sonido

No tener lenguaje, hacer eco, planear el lenguaje

Ser el flujo de las palabras

No estar triste por

Aquellos que no se entristecen

No comer solo

No coger con aquellos que no encuentran atractivo tu cadáver

No coger

Ni llenar

Ser cenizas sin un lugar

No estar fuera de lugar, sino no estar en ningún lugar

Entrar en el océano no por capricho, sino como una fuerza

física

Donde no hay centro

Donde no hay seguridad

Nunca hubo

Nunca hubo ninguna ira

Nunca hubo nada que mirar

Nunca miré nada

Sólo fui y caminé

Traté de amar

Pero el amor es inútil

Y yo perdí toda esperanza, así de sombría soy en el fondo

Soy en el fondo lo que puede considerarse bajo

No hay bajo ni alto, espacio ni tiempo, estoy

Más allá de lo absoluto

No soporto el peso de tener que nombrar ni ser nombrada

Croar todo el día en el pantano

No digo una palabra

Existo

No, no existo

Nunca lo hice

Y vos tal vez sí

Pero yo nunca lo hice

Y vos debés haberme llamado

Pero yo ya me había ido

Y yo ya estoy ahí

Las cosas que nombrás

A mí ya me nombran

En un mundo de luz y cenizas

Todos llaman mi nombre

Me estaban esperando

Y ahora sé

Que desde siempre

Estuve ahí

Con ellos

 

 

 

 

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