El producto fue agregado correctamente
Blog > Filba > "Las mejores ideas a menudo aparecen cuando nos aburrimos"
Filba

"Las mejores ideas a menudo aparecen cuando nos aburrimos"

Cruce epistolar entre Damián Tabarovsky y Valérie Mrejen

Dos escritores se aburren de un lado y del otro del océano Atlántico y se escriben cartas: aquí el intercambio, en original en francés, que tuvo lugar en el último Filba Internacional. "Cuando escribo, con frecuencia me aburro. Es un tiempo que no está todo el tiempo ocupado, utilizado; fantaseo, me estanco y a veces me lleva un tiempo de locos poner dos palabras una al lado de la otra".

Por Damián Tabarovsky y Valérie Mrejen. Traducción de Mónica Herrero.

 

 

Buenos Aires, 27 de septiembre de 2018

 

Querida Valérie:

Nos piden que escribamos sobre el aburrimiento, pero quizá escribir sobre el aburrimiento ya es aburrido… Más que aburrimiento, pienso en la negatividad, o incluso en lo neutro (concepto bastante frecuentado por la French Theory). ¿El aburrimiento será un estado pasajero? Nos aburrimos hasta que dejamos de aburrirnos, como una suerte de oposición. Por un lado, la distracción, el juego, el placer y, por otro, como una carencia, el aburrimiento.

Pero la negatividad no tiene opuesto. La negatividad es ya una acción, salvo que negativa. Es una oposición en el mundo y, por ende, en el texto.

O quizá no tanto. No lo sé…

Pedro habla de Flaubert. Claro. Pero también hay que hablar de Kafka, de Robert Walser…

¡Y también del acto de bostezar! Nada mejor que bostezar en la escuela… (Y también en los festivales literarios).

¿Qué pensás (sobre este tema o ¡sobre cualquier otro!)?

Saludos,

 

Damián

 

 

 

***

 

 

Querido Damián:

Sí, el propio enunciado es un poco peligroso. Escriban sobre el aburrimiento... Bueno, ¡qué cosa! Habrá que tratar de no aburrir. Me encantaría poder un día escribir un libro denso y apasionante sobre el tema.

François Truffaut decía que no hay que ponerle a una película un título que termine con la noche (nuit) (por ejemplo: Los pasajeros de la noche, no sé si existe una película así) porque todos los críticos de cine corren el riesgo de caer en el juego fácil de palabras y titular sus artículos Los pasajeros del aburrimiento (ennui).

No tengo nada contra el aburrimiento. Ni contra lo cotidiano, que a menudo tiene mala prensa, ni contra la banalidad. Las mejores ideas a menudo aparecen cuando nos aburrimos. Entonces, para nosotros, escritores, es un estado precioso, ¿no es cierto? Por cierto, un estado cada vez más excepcional, porque está constantemente interrumpido por el parpadeo de nuestras pantallas y sus incesantes solicitudes que halagan nuestro deseo de sentirnos importantes.

Cuando escribo, con frecuencia me aburro. Es un tiempo que no está todo el tiempo ocupado, utilizado; fantaseo, me estanco y a veces me lleva un tiempo de locos poner dos palabras una al lado de la otra.

Cuando mi hija se queja de que se aburre (lo que quiere decir en el subtexto inmediato: dame tu celular para entrar en YouTube), trato de convencerla de los beneficios de este estado de latencia. Trato torpemente de ponderarle el gran valor de la ensoñación, porque vuelvo a pensar en las horas pasadas en otra época mirando hacia afuera por la ventana, contando los percheros en un pasillo, observando las grietas en el techo. Mi argumento le parece tan poco convincente que vuelve  a quejarse hasta que cedo. No podés dejarme así, entendés: ¡me aburro! Es horrible e inadmisible. Y, además, culpa tuya.

Donde más me aburrí, creo, fue cuando fui cuidadora de sala en un museo algunos meses durante mis estudios. Quedarme en una silla haciendo nada y que me pagaran por ello, bueno, era difícil. Ya que estamos, me gustaría conocer a cuidadores de sala en museos de Buenos Aires y preguntarles algunas cosas para un espectáculo que estoy preparando. Me interesaría mucho recopilar algunas opiniones y testimonios.

Hasta pronto.

Saludos,

 

Valérie

 

 

***

 

 

Querida Valérie:

Recuerdo una novela de Thomas Bernhard ―Maestros antiguos― que leí hace años y que no me había gustado, pero, con el tiempo, comencé a tener un buen recuerdo del libro. Está la figura del cuidador de sala en un museo, del que trabaja de aburrirse, mirando pasar el tiempo sin hacer nada, salvo mirar pasar el tiempo. Bernhard le agregó un subtítulo a la novela, “Comedia”. Y es verdad, aburrirse tiene algo gracioso, como un paso en falso de comedia (Mamá, ¡prestame el celular!).

En la carta anterior, simplemente quería decir que evitáramos caer en un cierto lugar común alrededor el aburrimiento: si la vida ―es decir, el poder de los medios, el consumo, el capitalismo― hace del aburrimiento algo malo, incluso prohibido, nosotros (¿los escritores?), por oposición, estamos llamados a hablar del aburrimiento, por supuesto, para defenderlo, protegerlo, elogiarlo. Me gustaría señalar esto nada más.

No me aburro nunca mientras escribo (pero paso meses, a veces años, sin escribir). Sin embargo, muchas veces me aburro leyendo novelas malas, mirando películas malas. Me aburro mirando esas series de televisión que a todo el mundo le parecen inteligentes y geniales y que a mí me parecen pésimas.

Me encantaría aburrirme escuchando hablar al Presidente de la Argentina (hace todo para aburrirnos cada vez que habla). Pero no es posible: cada vez que anuncia una medida económica (¡todos los días!), nos volvemos más pobres, más desgraciados.

Dejo aquí por hoy.

Saludos,

 

Damián

 

 

 

***

 

 

Querido Damián:

En lo que a mí respecta, me gustaría poder interesarme en la política, pero debo decir que, la mayor parte del tiempo, siento un aburrimiento inmediato al escuchar el monótono tono de voz utilizado por los dirigentes o los aspirantes a dirigentes, las palabras ingeniosas, las fórmulas tranquilizadoras desprovistas de sentido. En el diario, es rarísimo que yo lea las páginas de política. Como se dice en francés, se me caen de las manos. A menudo me siento tan sorprendida como fascinada de saber que los libros de los políticos tiene mucho éxito en las librerías, por algunos meses, antes de desaparecer. Esta curiosidad se me escapa. Sin embargo, creo que para mí el colmo del aburrimiento sería tener que leer un libro de informática. No solo porque no entiendo nada, sino que todo, la puesta en página, la tapa de la revista, el universo de la informática irreversiblemente me desagrada.

A veces, el aburrimiento es un freno en lo cotidiano. Hay acciones que el aburrimiento impide hacer, como completar mi declaración de impuesto. Los momentos en que más me aburro son las reuniones familiares.

Me entristece a menudo ver personas que se aburren en el tren o en una sala de espera, que miran el reloj o el celular suspirando y me entristece constatar que no se les ocurrirá la idea de leer un libro, un diario o una revista, o no importa qué, incluso un suplemento de informática.

Todo esto me da ganas de releer a Thomas Bernhard. Su forma de describir la sociedad pequeño burguesa de su Austria natal  y detestada me deleita con una extrañeza mordaz. El aburrimiento le ha hecho mordaz.

Hasta pronto en Buenos Aires. Estoy preparando mi cartera con algo para pasar el largo viaje: palabras cruzadas, un poco de trabajo, tejido, libros y podcasts.

Saludos,

 

Valérie

 

 

 

 

Artículos relacionados

Viernes 08 de abril de 2016
Homenaje a Di Benedetto en el Filba Nacional
La nueva edición del festival de literatura Filba Nacional comenzó ayer en San Rafael, Mendoza, con una lectura homenaje al autor de Zama en el que participaron ocho escritores invitados. Las actividades siguen hasta el domingo.
Festival nacional de literatura
Lunes 11 de abril de 2016
Sol de Búkaro
Invitada al festival de literatura Filba Nacional que se realizó en San Rafael, Mendoza, la autora de Las cosas que perdimos en el fuego (Anagrama) participó en un panel junto a Iván Moiseeff y Tálata Rodríguez en el que leyó el siguiente texto que tenía como eje los abismos y situaciones límites que marcaron su vida.
Un texto inédito de Mariana Enriquez
Jueves 14 de abril de 2016
Cóndores inconmovibles planeando bajo

En cada festival de literatura Filba, tanto en la versión nacional como en la internacional, un grupo de escritores es invitado a escribir un texto a partir de una experiencia que se vive en los días del festival. Esos textos se llaman “Bitácoras”. Presentamos aquí el que escribió Mercedes Araujo durante la última versión del Filba Nacional, que acaba de suceder en San Rafael (Mendoza).

Una bitácora del Filba Nacional

Viernes 23 de octubre de 2020
Mircea Cărtărescu: "La belleza está en todas partes"

Recuperamos algunas de las frases claves del encuentro entre el autor rumano y la periodista argentina Lala Toutonián, encuentro en el que se declaró admirador de Ernesto Sábato y Julio Cortázar.

Los destacados de la entrevista en #Filba2020

Miércoles 24 de agosto de 2016
"El lector es siempre el interés primordial"

El equipo del Filba, bajo la dirección de Gabriela Adamo, presentó la octava edición del festival. Se llevará a cabo en Buenos Aires y Montevideo y hay más de 100 participantes, entre ellos 20 autores internacionales, en talleres, mesas de debate, lecturas, performances, residencias, intercambios y cruces.

 

Se viene la octava edición

Miércoles 21 de setiembre de 2016
OULIPO: la literatura como juego

Este mes te podés sentar en la primera fila de un movimiento que tuvo en sus filas a Raymond Queneau, Italo Calvino y Georges Perec: tres integrantes visitarán Argentina y Caja Negra acaba de sacar un tomo completísimo de ejercicios de literatura potencial.  

Desembarco francés

×
Aceptar
×
Seguir comprando
Finalizar compra
0 item(s) agregado tu carrito
MUTMA
Continuar
CHECKOUT
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar