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Literatura infantil y juvenil

Yael Frankel: "Disfruto muchísimo más cuando ilustro mis propias historias"

Premiada en la Feria Internacional del Libro Infantil de Bologna

En esta entrevista, la multipremiada autora de Todo lo que pasó antes de que llegaras (Limonero) comparte sus procesos de escritura e ilustración tras recibir uno de los galardones más importantes del mundo de la literatura infantil. 

Por Valeria Tentoni.

 

 

 

Nacida en Buenos Aires en 1967, Yael Frankel es autora de libros para niños y niñas que han sido publicados en países como Francia, Italia, España, China, Corea del Sur, Colombia y Chile. Hace poco se conoció la noticia de que su libro Todo lo que pasó antes de que llegaras (Limonero) fue seleccionado en la Feria Internacional del Libro Infantil de Bologna como el mejor libro de ficción.

No es la primera vez que su trabajo es destacado en esa feria, donde había sido seleccionada para exponer en los años 2016 y 2017. Su libro A simple vista (Amanuta) fue seleccionado para el catálogo White Raven, curado por la Biblioteca Juvenil Internacional (International Youth Library – IYL) de Múnich, Alemania. Su libro Contame más ha ganado el premio al mejor libro álbum, otorgado por ALIJA IBBY Argentina, en el año 2017. Sus ilustraciones para el libro El ascensor han ganado el primer premio en el Festival de Literatura para niños de Sharjah, Emiratos Árabes, en el año 2019. Este mismo año, el libro ha sido galardonado en la Feria Internacional del Libro infantil de Moscú, en la categoría libro de autor. Todos estos premios subrayan el valor de un talento particularísimo que en Todo lo que pasó antes de que llegaras se aplicó a contar la llegada de un hijo desde la perspectiva de su hermano, desde la mirada de un niño.

 

 

Te recibiste de diseñadora gráfica. ¿Cómo fue la aparición de esa vocación y la decisión de seguirlo?  

Empecé bellas artes, dejé, después me recibí de profesora de sordos e hipoacúsicos, ejercí un tiempito y me anoté en diseño gráfico. El deseo ya estaba ahí desde hacía mucho tiempo, pero a los 18 años todavía estaba muy insegura acerca de lo que quería hacer y me gustaban muchas y variadas cosas.  

¿Siempre dibujaste? ¿Cómo apareció el dibujo en tu vida?  

Siempre dibujé, sí, pero no a lo loco... solo como algo más que me gustaba y para lo que tenía cierta facilidad. ¿Cómo llegó a mi vida? Ni idea, creo que pasaba más por ser una nena solitaria (y entonces agarrar los lápices y hacer algo) que por gusto. Muy de a poco descubrí que eso me hacía bien, no sé si "dibujar" sino tener las manos ocupadas en hacer cosas que tuvieran que ver con lo creativo.

¿Alguien te alentaba a dibujar cuando eras chica?

No, tampoco es que me hayan desalentado, no me daban mucha bolilla... Pero tuve una amiga entrañable para la que siempre dibujé, recorté, pinté y ella recibía todo lo que yo hacía como si fueran tesoros. Sí, si alguien me alentó fue ella.  

Viajaste por muchos lugares formándote con ilustradores, ¿qué nos podés contar de esa aventura? 

Haber viajado al exterior para tomar clases de ilustración fue como inventar y darle la forma que quise a mi propia carrera: me armé una especie de currícula para mí misma donde lo único claro era mi deseo. Y fue tan fuerte que le di cabida y me comprometí mucho para no rendirme así como así. Fui una especie de gestora porque no se trató de haber sido autodidacta, sino de elegir profesores y buscar referentes para aprender de ellos. 

¿Cómo fue la publicación de tu primer libro?

Mi primer libro se publicó en Italia, en 2014. Se llama Nada de nada, y fue más bien un golpe de suerte: estuve en el momento y en el lugar correctos a la hora de presentar mi proyecto a la editora de Kite edizioni, Valentina Mai. Yo estaba en un festival de ilustración en España, en Valladolid, durante el cual teníamos varios talleres de ilustración y el fin de semana los invitados eran editores de varios lugares del mundo que venían a entrevistarse con nosotros. Ahí presenté mi proyecto que no estaba terminado, pero a Valentina le interesó y le interesa publicar ilustradores / autores nuevos así que a la vuelta del viaje le mandé el pdf con el libro casi cerrado. A mí me parece –y me pasa con cada libro– un milagro cada vez que firmo un contrato de publicación... no sé, entre todos los miles de proyectos, historias, cuentos, que alguien elija el tuyo y lo quiera transformar en un libro... es como un pequeño milagro, ¿no?

 

 

¿En qué se distingue para vos el trabajo como autora integral y como ilustradora? ¿Qué disfrutás de cada uno?

Son dos trabajos bien distintos. Yo disfruto muchísimo más cuando ilustro mis propias historias. Porque en el proceso, todo lo que me puedo imaginar está adentro de mi cabeza, aunque después salga otra cosa de mi mano... No decepciono a nadie más que a mí misma, tengo más libertad para que salga muy mal o para que salga muy bien. Con textos ajenos me siento muy encorsetada y dura, me cuesta muchísimo más y lo sufro (sobre todo antes de encontrar el lenguaje o el/los personaje/s principal/es). 

Acabás de ganar el premio de la Feria de Bologna por un libro que cuenta un embarazo desde la mirada de un niño, futuro hermanito. ¿Cómo trabajaste esa mirada, por qué tomaste esa perspectiva?

Sí, al principio mi propuesta había sido una especie de libro acordeón que tuviera una larga línea de tiempo en donde un hermano mayor iría anotando todo lo que él iba haciendo (pensando, sintiendo) para leerle a su hermanito por nacer una vez que llegara a la familia. Lo que tenía bien claro era la voz del protagonista, quería una especie de catarata sin respiro del narrador debido a la excitación que tenía por la llegada de este bebé. También quería que, a la voz del nene, la acompañaran ilustraciones que él mismo iba haciendo en esta especie de diario ilustrado por él. Así que desde ese lugar y con esos dos puntos bien claros, traté de imitar el trazo de un nene y el papel carbónico fue un descubrimiento genial: me dio ese trazo entre tembloroso y fresco, desprolijo y nada controlado. 

No es el único premio recibido. ¿Qué importancia tienen para vos estos reconocimientos?

Los premios siempre son recibidos con alegría. Pero también existen los no-premios, todas las veces que los editores dicen que no o todas las veces que los concursos nos dejan afuera, o cuando no somos seleccionados para una muestra. Yo no sé si es debido a mi edad o no, pero lo que me pasa tanto para las buenas como para las malas noticias, es que el festejo o la decepción me duran poco. Y lo agradezco, porque como son muchísimos más los "no" que los premios, sin este tiempo emocional de duración breve, estaría bastante deprimida. 

Tus libros han sido traducidos a distintas lenguas, ¿qué podés contarnos de esa experiencia? 

Creo que es lo más lindo e interesante que puede pasarle a un libro. Verlo circular por el mundo en manos de nenes/as de todas partes. ¡Es otro milagro! Y es una de las cosas que más contenta me ponen, que los libros se traduzcan y que los puedan leer acá, allá y más allá también. 

¿Qué podés contarnos del modo en que llevás la parte de la "vida de escritora" que es, quizás, menos feliz: gestionar contratos, traducciones, etcétera? ¿Siempre te fue fácil conseguir editores dispuestos a publicar tus libros?

Obvio es lo más tedioso y para lo que menos estamos preparados. Por supuesto además es algo complejo y, la respuesta es que nunca es fácil encontrar editores dispuestos a publicarte. Pero una vez que vendo los derechos de publicación yo dejo todo en manos de la editorial. Llego hasta ahí y a partir de ahí ya no me ocupo más. No trabajo ni trabajé nunca con agentes y todo lo que aprendí a hacer en cuanto a la gestión de mis libros, aprendí haciéndolo. Al principio muy mal y ahora, con más experiencia, mejor.

¿Por qué hacer libros para niños? ¿Qué te devuelven como experiencia?

Según mi psicóloga, porque quiero darle reparo a la nena que fui. Una respuesta menos psicoanalítica es porque lo disfruto mucho: me gusta dibujar, me gusta inventar historias, me gusta también contar con imágenes... ¿dónde pasa todo eso? En un libro álbum. 

 

 

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